Ōe
En algún lugar de Japón, existe una historia que podría hacer llorar hasta a los políticos más descorazonados de Nanchital (o sea a todos). Es la historia de Kenzaburō Ōe, escritor japonés que convirtió su dolor más íntimo en literatura universal, como quien, en el pleno calor de Nanchital —y con fiebre y dengue— se mete a la cocina para hacer una salsa de cebolla y chile habanero asado: requiere paciencia, lágrimas y una buena dosis de valentía.
個人的 な 体験 Una cuestión personal (1964) Kenzaburō Ōe
Adquirí este libro en el aeropuerto de Tokio en el 2013 pero me dormí en el vuelo y hasta ahorita lo pude leer, los libros no solamente nos escogen para que los compremos, también eligen el momento en que debemos leerlos.
Nacido en 1935 en una aldea de Shikoku, Ōe creció durante los años más turbulentos de Japón. La Segunda Guerra Mundial marcó su infancia como una cicatriz que nunca sana del todo, experiencia que más tarde nutriría sus novelas con esa melancolía tan particular que caracteriza a quienes han visto demasiado dolor. Estudió literatura francesa en la Universidad de Tokio, donde se empapó de Sartre y Camus hasta las orejas, algo así como un jarocho que se va a París y regresa hablando de existencialismo francés mientras toma su café con leche.
Pero la verdadera transformación de Ōe como escritor llegó en 1963, cuando nació su hijo Hikari. El niño vino al mundo con una malformación cerebral severa, autismo, epilepsia y casi ciego, los médicos sugirieron dejarlo morir "naturalmente".
個人的 な 体験 Una cuestión personal (1964) Kenzaburō Ōe
Adquirí este libro en el aeropuerto de Tokio en el 2013 pero me dormí en el vuelo y hasta ahorita lo pude leer, los libros no solamente nos escogen para que los compremos, también eligen el momento en que debemos leerlos.
Nacido en 1935 en una aldea de Shikoku, Ōe creció durante los años más turbulentos de Japón. La Segunda Guerra Mundial marcó su infancia como una cicatriz que nunca sana del todo, experiencia que más tarde nutriría sus novelas con esa melancolía tan particular que caracteriza a quienes han visto demasiado dolor. Estudió literatura francesa en la Universidad de Tokio, donde se empapó de Sartre y Camus hasta las orejas, algo así como un jarocho que se va a París y regresa hablando de existencialismo francés mientras toma su café con leche.
Pero la verdadera transformación de Ōe como escritor llegó en 1963, cuando nació su hijo Hikari. El niño vino al mundo con una malformación cerebral severa, autismo, epilepsia y casi ciego, los médicos sugirieron dejarlo morir "naturalmente".
Aquí es donde la historia se vuelve tan cruda como un amanecer con cruda antes de entrar a la guardia matutina: Ōe se enfrentó a la decisión más terrible que puede confrontar un padre. ¿Qué hacer cuando la vida te presenta un dilema imposible? En lugar de hundirse en la desesperación totalmente —aunque, estoy seguro lo hizo por un tiempo—, Ōe canalizó esta experiencia en la novela autobiográfica "Una cuestión personal", una novela que es como un puñetazo directo al plexo solar de la condición humana.
Bird, el protagonista, es un alter ego apenas disimulado del autor: un profesor de inglés de treinta años que sueña con escapar a África pero se encuentra atrapado en Tokio con un hijo discapacitado y una esposa que se recupera del parto. El protagonista navega alcoholismo, una aventura extramarital y la tentación constante de huir de sus responsabilidades paternales: ¿Dejar que se muera el hijo o no?.
Hasta pronto
nanche curtido
Bird, el protagonista, es un alter ego apenas disimulado del autor: un profesor de inglés de treinta años que sueña con escapar a África pero se encuentra atrapado en Tokio con un hijo discapacitado y una esposa que se recupera del parto. El protagonista navega alcoholismo, una aventura extramarital y la tentación constante de huir de sus responsabilidades paternales: ¿Dejar que se muera el hijo o no?.
Usando el realismo más descarnado, Ōe no se anda con rodeos ni nos endulza la píldora, es brutal y nos confronta, como un amigo de la infancia después del tercer cartón con verdades que duelen pero que necesitan ser dichas.
No le voy a contar el final del libro, pero si le puedo decir que, Ōe tomó la decisión de cuidar a su hijo. Hikari sobrevivió (sigue vivo), se convirtió en un compositor de música clásica reconocido internacionalmente y en el motor de toda la obra posterior de Ōe, afortunadamente acompañó a su padre cuando recibió el Premio Nobel de Literatura en 1994.
No le voy a contar el final del libro, pero si le puedo decir que, Ōe tomó la decisión de cuidar a su hijo. Hikari sobrevivió (sigue vivo), se convirtió en un compositor de música clásica reconocido internacionalmente y en el motor de toda la obra posterior de Ōe, afortunadamente acompañó a su padre cuando recibió el Premio Nobel de Literatura en 1994.
Padre e hijo desarrollaron una relación extraordinaria que Ōe documentó en numerosos libros posteriores, transformando lo que pudo haber sido una tragedia en una celebración de la diferencia y la dignidad humana. Su escritura, explora temas de marginación, discapacidad y la búsqueda de significado en un mundo aparentemente absurdo.
"Una cuestión personal" es mucho más que una novela autobiográfica: es un testimonio sobre la capacidad humana, la transformación del sufrimiento en compasión y la desesperación en buscar la esperanza o como diría Cucho, a veces en la peda te caes, pero lo que cuenta es levantarse y seguir chupando tranquilo.
Hasta pronto
nanche curtido
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Kenzaburō y Hikari |
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Shikoku |
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Kenzaburō Ōe |
ResponderBorrar" Nada es por casualidad"...
.."Sera que todo tiene una razón de ser"...O que hago aquí?
Cual de todas debiera ser la pregunta, si quisiera uno decidir que hacer en un caso como es si Alguien vive o muere.
Gracias por compartir Amigo.
Gracias por leer, nada por casualidad y todo por causalidad...
ResponderBorrarDiría una persona no son coincidencias, son Dioscidencias (en relación a que el libro te escoge y el momento tambien). Es una gran historia, es dignificar el sufrimiento, y este escritor lo hizo . Gracias por compartir
ResponderBorrarGracias por leer, y si todo es parte del destino
BorrarMe sentí triste, pero la lección es salir adelante apesar de todo. Muy duro cuando te dan una lección de que se puede salir adelante. Gracias
ResponderBorrarGracias por leer. Es bastante dura la realidad, pero siempre se puede progresar.
BorrarExcelente historia para reflexionar muy bonito mensaje de vida, excelente como todo lo que escribes amigo
ResponderBorrarMuchas gracias por leer y por los generosos comentarios :)
BorrarExcelente amigo saludos
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