Schistocerca

Me imagino sentado en el mercado de Nanchital donde el café de olla compite con el olor de las refinerías, pensando en esta historia de espionaje que me recuerda tanto a nuestros propios laberintos burocráticos de Pemex. Mi hija me regaló este libro y lo disfrute en las vacaciones.

Como en nuestro Nanchital, donde cada quien guarda sus secretos detrás de cortinas de lámina y paredes de block, el protagonista Miles Hawthorne carga con un pasado que pesa más que un turno doble Cangrejera. Ex-agente de la CIA, ahora consultor de seguridad privada- como quien dice, de dormilante pasó a jefe de vigilancia, pero con más glamour y sin botas de casquillo.

The Year of the Locust (2024) Terry Hayes

Terry Hayes es un periodista (Sydney Herald), guionista (Mad Max, Dead Calm) y autor (I am Pilgrim, The year of the locust) de Australia que ha sido galardonado en las tres disciplinas.

La trama se desenvuelve como una maraña de tuberías industriales: compleja, peligrosa y con el constante riesgo de explosión. Un arma biológica amenaza con desatar el apocalipsis. Me recuerda esos días cuando el complejo petroquímico nos tenía a todos conteniendo la respiración por si explotaba.

Entre las calles de Londres, Moscú y París, Hawthorne persigue fantasmas como el Nanchiteco persigue la planta en Pemex, pero también a un mercenario que podría destruir el mundo.

Y así como en Nanchital todos nos conocemos, pero nadie dice toda la verdad, en esta novela cada personaje guarda sus propias verdades como petróleo bajo tierra. El protagonista se encuentra con una organización terrorista que hace parecer los conflictos sindicales de la 11 como un vulgar pleito de vecindad.

La narrativa serpentea como el arroyo Tepeyac en temporal de lluvias: turbia, impredecible y arrastrando secretos en su corriente. Hayes (el autor) construye un mundo donde la traición es tan común como las promesas de políticos en campaña, pero con consecuencias más letales que un recorte de personal.

En el fondo, como en nuestro pueblo petrolero, todo se reduce a la lucha por el poder y la supervivencia. Mientras Hawthorne corre contra el tiempo para prevenir una catástrofe global, uno no puede evitar pensar en nuestras propias batallas cotidianas: la lucha contra la contaminación, contra el olvido gubernamental, contra la decadencia de una industria que alguna vez nos prometió el cielo y nos dejó apenas con un pedazo de tierra manchada de hidrocarburos.

Al final, cuando el turno de la guardia termina y el sol se oculta tras las torres de la refinería, todo se reduce a lo mismo: somos todos peones en un juego de ajedrez más grande que nosotros, ya sea en las intrigas internacionales de Hawthorne o en la política de nuestro Nanchital.

Hasta pronto
nanche curtido

Langostas (Schistocercas)

Terry Hayes

El nido de las langostas


Comentarios

  1. Ramón Olán Ruizdomingo, marzo 23, 2025

    Ya no sé si tu heredaste de mi y de tu tío la forma de escribir o nosotros de ti jaja.Excelente historia conclusa.Te amo hijo.

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  2. Como dice el Argentino, quiero ser como vos, para tener un hijo como yo!

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  3. Me encantó como siempre. La analogía muy bien. Te amo

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